La creación de una empresa supone una serie de pasos que suelen coincidir con la siguiente relación:
- Identifica tu idea y tu modelo de negocio: define la idea de tu negocio concrétala y efectúa un primer análisis para determinar si puede tener aceptación en el mercado.
- Analízala: Desarrolla tu plan de empresa y el estudio de mercado y determina la viabilidad técnica, comercial y económico financiera de tu idea.
- Fórmate: adquiere una formación empresarial básica, desarrolla tus habilidades comerciales y directivas y asegúrate de que dispones de la formación específica necesaria sobre la actividad que quieres desarrollar.
- Decide: si tu idea es viable, tienes la formación necesaria y eres consciente del trabajo que tienes por delante, estás en una buena posición para decidirte a crear tu propia empresa.
- Consigue los recursos necesarios: el dinero que necesitas para tus recursos materiales y humanos lo puedes obtener en las entidades financieras, de inversores privados, a través de tu red de contactos personales y mediante ayudas y subvenciones.
- Constituye la empresa: en función de la forma jurídica que hayas escogido realiza todos los trámites legales, fiscales y administrativos necesarios.
- Capta tu primera clientela: elige el momento comercial más propicio y empieza tus acciones comerciales para conseguir esa primera clientela y los pedidos o contactos que te permitan empezar a funcionar.
- Inicia las actividades: por fin tu empresa es una realidad. Ahora te encuentras con nuevos problemas que podrán a prueba tu capacidad de gestión tanto en el corto plazo (día a día) como en el largo (planificación año a año).
- Consolida tu empresa: la supervivencia y crecimiento de tu empresa exigirán que te afiances en tu mercado, anticipándote a los cambios y que sepas evaluar tu posición y planificar el futuro.